30 g de manteca
750 g de filetes de pollo en dados
2 dientes de ajo majados
60 g de concentrado de tomates secados al sol
300 g de crema agria
2 cucharadas de albahaca picada
375 g de láminas de lasaña fresca
600 g de ricota
2 tomates sin semillas y en dados
50 g de queso parmesano rallado
125 g de queso cheddar rallado

Engrase ligeramente 4 fuentes de horno cuadradas con capacidad de 500 ml.
Caliente la manteca a fuego medio y fría el pollo en varias tandas durante 4 minutos o hasta que se dore.
Coloque todo el pollo en la sartén y añada el ajo.
Saltee durante 1 minuto, incorpore el concentrado de tomate y mezcle bien.
Agregue la crema agria y la albahaca, y saltee durante otros 2 minutos.

Corte 12 láminas de lasaña de modo que se ajusten a la base de las fuentes.
Lleve a ebullición agua en una cazuela grande y cuézalas por turnos durante 1 minuto, o hasta que estén al dente.
Dispóngalas una a una sobre una superficie ligeramente untada de aceite para que no se peguen.

Pase la ricota a un bol y mezcle para ablandar.

Coloque una lámina de lasaña en la base, de cada fuente.
Distribuya la mitad del pollo encima y cubra con una segunda lámina.
Repita con el resto del pollo y espolvoree con tomate.
Cubra con las demás láminas de lasaña y remate con ricota.
Espolvoree con los otros quesos y gratine entre 3 y 4 minutos o hasta que se derritan y se doren.
Sirva con una buena ensalada verde.